lunes, 21 de enero de 2013

Relato erótico, relato BDSM envíado por uno de mis lectores.


Sumiso putita Chema:


Aquella chica estaba sola, era preciosa y muy atractiva. No se como me preguntó a bocajarro que si me gustaba. Yo miré su corpiño que dejaba al aire los hombros y buena parte de sus pechos, comprimidos y resaltados de manera provocativa. Miré su falda corta que dejaba ver al sentarse el elástico con encaje de sus medias, los zapatos de tacón altísimo, sus labios gruesos y sensuales, así como unos ojos casi negros, de una profundidad casi aterradora. Y le contesté como un imbécil “sí, claro, eres muy guapa”.

-¿No te gustaría follarme? A los hombre les encanta follarme. Y tu eres un hombre ¿verdad?-Claro –balbuceé, como un imbécil aún mayor-. Me encantaría.-

Pero estas cosas no se regalan ¿sabes? Hay que ganárselas.No recuerdo si llegué a contestar otra estupidez o simplemente me quedé con la boca abierta; lo cierto es que sacó la lengua de su boca divina y dejó caer al suelo un chicle que había estado masticando mientras hablábamos. -¡Huy, se me ha caído- dijo, mientras señalaba el chicle en el suelo del bar.- ¿Haces el favor de recogerlo?

Y mientras me agachaba obediente para coger el chicleme agarró del pelo con fuerza y me dijo acercando su boca a mi cara:

-Pero no con la manocerdo, ¿no ves que el suelo está lleno de porquería? Recógelo con tu boca.Estábamos en un rincón apartado del bar, pero aún así había mucha gente relativamente cerca. No sabía qué me daba más reparo, si coger el chicle del suelo lleno de mierda del bar con la boca, como me pedía aquella mujer o si que me vieran hacerlo los otros clientes. Pero en ningún momento se me pasó por la cabeza no hacerlo.La miré fijamente a los ojos y comprobé que ni bromeaba ni me lo pedía, en realidad me lo estaba ordenando.Me agaché y recogí el chicle. Había suciedad pegada y creo recordar que algún pelo también. Se lo mostré cogido con los dientes.- Déjalo en tu boca; chúpalo y mastícalo- ordenó la diosa.

Así lo hice, venciendo la repugnancia que me provocaba aquella suciedad adherida a la goma. Cuando llevaba un minuto aproximadamente, saboreando el chicle, me ordenó: 


-Ahora trágatelo. Y me lo tragué. 


2 comentarios:

  1. AMA y DOMINA ZOE es un placer y un honor que haya publicado el relato. Mi sino es estar arrodillado ante usted y sometido a su voluntad. Su placer es lo único importante. Soy suyo.

    Su putita Chema

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  2. Buena putita agradecida, tu sino será el que yo ordene, arrodillado siempre atento a mi voluntad.

    Diosa Zoe.

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