jueves, 31 de octubre de 2013

Sesión de fetichismo de zapatos, Shoe fetishism.


Todos mis esclavos saben que tanto mis pies de Diosa como mis zapatos o botas deben ser adorados, cuidados, limpiados y servidos con máxima delicadeza y entrega.

Esclavo Doulos se presento a la hora ordenada en mis dominios, saludando arrodillado a mis pies como a mi me place. Sabía que tenía una tarea que hacer: limpiar mis botines usados, sudados, sucios y mojados por ese mismo día de lluvia. Tanto por fuera como por dentro por supuesto.

Antes de ello, se desnudó para mi , pincé sus pezones, pincé sus testículos de perro y rocié cera roja sobre su espalda. Ahora sí ya a mi gusto podía empezar sus tareas.

Así pues esclavo Doulos se puso manos a la obra, mejor dicho patas de perro esclavo a la obra. Bajo mi orden esclavo Doulos empezó por las suelas de mis botines, quería que lamiera todo el barro y suciedad que había en ellas dejándolas impecables y brillantes con su baba.  

- Lame Doulos !!
-Sí Señora. 
-Quiero que lamas hasta que yo ordene, hasta que tu lengua este negra, hasta que tengas agujetas en tu lengua de perro y en los próximos días cada vez que sientas las agujetas recuerdes el por qué esclavo.
-Por supuesto Señora. 
-Por lamer el calzado de Diosa Domina Zoe.
-Sí Señora. 




Al finalizar me enseñó su lengua negruzca y con trozos de suciedad. Quedé satisfecha y le ordené continuar con el exterior del calzado así como el interior, el cual estaba bien sudado.

- Ya está Dómina.
- Estará cuando yo considere que está y quede totalmente satisfecha.
-Perdón Señora.
-Enséñame los botines esclavo.

Tras pasar mi examen y dar mi visto bueno el trabajo esta listo. Pero la lengua de esclavo Doulos no había terminado de trabajar...

Dada la hora que habíamos quedado, después de comer, esclavo Doulos debía tomar su postre, a mis pies por supuesto. Le ordené abrir un flan y ponerlo en un plato colocado en el suelo. Ante su atenta mirada lo pise y pisotee con mis preciosos zapatos rojos de salón hasta que el flan quedó echo papilla bajo las suelas de mis zapatos.

- Esclavo, come. 
-Sí Señora.

Sin quitar mis zapatos del plato esclavo Doulos empezó a comer rodeando mis zapatos, después conforme iba acabando levanté mis zapatos para que pudiera comer directamente de la suelas de mis zapatos, dejándolas limpias e impecables.






 




Por su buen comportamiento esclavo Doulos se ganó unos buenos pisotones con mis suelas recién lamidas: