Me encanta la
servidumbre doméstica, tener a mi
mayordomo personal, mi
chófer, mi
esclavo limpia suelos, mi
perro lame zapatos, mi
sumiso obediente, mi
siervo limpiando para mi.
desnudo o
travestido como yo desee ... y todo aquello que precise y pueda realizar mi
esclavo personal.
Y es que que mejor que
llegar del trabajo y tener a mi
perro fiel a mi puerta, dispuesto a ir a
hacer la compra,
ir al supermercado,
hacer la cola, cargar con la compra,
subir la compra, colocarla... después pasar por la cocina a
fregar los platos,
preparar un aperitivo para su Ama... y mientras me relajo tomándolo
fregar a fondo el baño para después prepararme
una bañera caliente y espumosa.
Por supuesto
masajear mi espalda y mis pies mientras me baño y a todo esto
ir preparando la cena.
Atado a la mesa esperar que termine de cenar para
comerse las sobras en su plato de perro y agradecido
lamer mis pies humillado en el suelo. Para después tenerlo
a los pies de la cama acurrucado y atento a cada uno de mis deseos,
sirviéndome de W.C. para que no tenga que trasladarme hasta el
baño en plena noche.
Por supuesto esto último de
dormir a mis pies no siempre es posible combinarlo con la
vida cotidiana, lo cual cuando es así tristemente termina
comiendo las sobras de comida a mis pies y
besando mis pies mientras me arropa en forma de despedida antes de marcharse.

Hace unos días un
esclavo doméstico vino a servirme a mis
dominios de Diosa, un
esclavo doméstico travestido como yo deseaba, con una
peluca rubia, su
delantal rojo con ositos, su
collar de perro, por supuesto sabe que siempre debe ir con su
collar como el perro loco que es y precisa de
collar que lo adiestre y lo guíe,
chacha Marga (como me gustó llamarla)
limpió mi baño a fondo mientras me relajaba
viendo la televisión. Trajo los
productos de limpieza que me gusta utilizar, cosa que le indiqué, y
limpio cada pieza del baño como le ordené y con el producto que deseo, soy muy perfeccionista y no admito fallo,
el culo de
chacha Marga ese día tuvo
la lección bien aprendida.
Mis dominios en Barcelona siempre deben estar
limpios e impecables para que una
Diosa como yo esté a gusto. Tras
limpiar el baño decidí que estuviera a mis pies como alfombra mientras estaba en mi
ordenador en mi facebook conversando. Guiándolo con su
collar en su cuello de perro, lo llevé
tras de mi arrastrándose observando mis tacones hasta mi comedor, donde sin rechistar
se tumbó en el suelo bajo mi orden y estuvo allí hasta que quedé satisfecha.
Chacha Marga se portó muy bien por ello la obsequié con unas
braguitas rosas que se puso para mi deleite, le quedaban como un guante agradecida
besó mis zapatos con
el culo en pompa con esas
bragas rosa de
perrita delicada y presumida jajaja... Y puesto que me complació le dediqué unas "caricias" con
mi látigo preferido,
chacha Marga estaba loca de alegría!! Se movía como un
perro cuando está contento de estar junto a su
Ama.
Se despidió agradecida
besando mis zapatos y tuvo permiso para marcharse.
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